Lo que la muerte ha parido

Un espacio en negro, sin foto, sin imagen, sin ventana, un minuto de silencio, por las almas que quedamos atrapadas, en las llamas de un infierno frio, rompecostillas, al que nos han desterrados los párias lameculos, hichapelotas de nuestros líderes sabuesos, obedientes mascotas de un imperio del que no verán mas que cien centavos en su vida de miseria y decadencia a cambio de vender su podrida alma por mil cadáveres de niños calabéricos. Un tributo a las almas despojadas de cariño, de perdón pero jamás de sufrimiento, aquellos que lamenn el filo del cuchillo para hallar en su propia sangre el alivio de su hambre. Un ramo, una pancarta de despedida, para la naturaleza divina, para el perdón, para el alivio, para el amor, ahora solo la bienvenida de la muerte, nos cobija con mantohielo, con su secuela de pena, de su rostro enardecido y victorioso, las calles grises, hediondas a mortesino, hediondas a saliva y a sangre, a cadáveres ennegrecidos, el napalm, ah llegado de nuevo a los pulmones, a los ojos estallados de inmensos dolores, a partes de cuerpos esparcidos, la cura del mal que acecha no son las llamas ni los disparos, si no la cara de los infantes dislocados, de sus madres desangradas y sus padres alocados. !Rompio fuente la muerte y de su seno a traido a parido el horror, la venganza, el genocidio!

Dedicado a mi pueblo que se desangra, a los paises vecinos, a todos los que son testigos desde holocausto. Los otros carevergas indolentes malnacidos, Que el tiempo les de la paga que se tienen merecido.